En ese sentido, los poderes públicos han implementado medidas conocidas como discriminación positiva que, desde la propia legalidad y apelando a la comprensión y la implicación de la ciudadanía, sirvan para corregir a la mayor brevedad cualquier tipo de discriminación hacia la mujer. Algunas de estas medidas son planteadas como excepcionales y transitorias, y todas están argumentadas en principios de lucha contra una discriminación secular, asentada durante milenios, que presumiblemente no podría ser combatida sin este tipo de medidas e instrumentos. En cualquier caso, estas medidas plantean controversia y un creciente malestar entre sectores de la población que ven en ellas una amenaza, no ya para el conjunto de los varones, sino para la propia estabilidad del sistema, y empieza a generar corrientes organizadas en su contra. El debate, extremadamente delicado y de una enorme trascendencia, está servido.
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¿Puedes sugerir alguna medida concreta para alcanzar la igualdad plena y real entre mujeres y hombres?
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